10/3/2023
10 minutos
Las compras realizadas con datos bancarios ajenos o la recepción de mercancías sin pago son formas de estafa que afectan a las empresas como la tuya. La gestión de procesos antifraude es una estrategia preventiva que puede librarte de ellas.
La tecnología es protagonista de estos sistemas de gestión, pues la arquitectura de datos es esencial para detectar a usuarios, empresas y operaciones sospechosas.
¿En qué consiste esta estrategia preventiva? ¿Qué es un proceso antifraude? ¿De qué manera te ayuda la tecnología a realizar esta gestión? Vamos a responder a todas tus preguntas en este artículo. Acompáñanos con tu lectura.
Toda empresa y organización que venda productos y servicios o gestione pagos de terceros está expuesta a los fraudes. Estos tienen sus consecuencias. Entre otras:
Todas ellas simplemente truncan el bienestar del negocio. Por ello, toda compañía que se preocupa por su viabilidad comercial y por el bienestar de sus clientes implementa algún tipo de estrategia antifraude.
Sin embargo, una metodología ya no es suficiente, pues los defraudadores online quieren ir un paso por delante de la tecnología defensiva.
La gestión de procesos antifraude es imprescindible en toda empresa que aspire a la rentabilidad.
Es por ello que hablamos de una gestión de los procesos antifraude más que de una estrategia única. Nos referimos de una gestión que es:
La gestión de procesos antifraudes significa grandes ventajas para cualquier empresa. No solo por la detección oportuna de fraudes y el cuidado de los bienes de clientes y organización. Además, este modelo preventivo tiene beneficios que se contagian a otros aspectos.
Si quieres una eficiente gestión de procesos antifraude, debes implementar su automatización.
Vamos a describirte los más importantes.
Una gestión de los procesos antifraude adecuada y oportuna aumenta los ingresos porque se producen, al mismo tiempo, menos fraudes y menos falsos positivos. Con ello no hay pérdidas por contracargos ni de ventas.
También hay menos gastos por trámites para la recuperación de fondos y mercancías. No se generan costos legales ni se pierde tiempo humano para atender reclamos de clientes o bancos adquirientes.
Un valor añadido a este respecto es que se evitan los recargos a manos de estos bancos: muchos de ellos cobran intereses moratorios según se tarde en devolver el cargo no reconocido,
Todo este ahorro en incidencias se suma a que la empresa goza de una pasarela de venta más eficiente.
La mejor seguridad es aquella que es invisible, pues generalmente nos percatamos de estas estructuras cuando fallan. Si reparamos en la gestión de procesos antifraudes es porque ha fallado y enfrentamos las consecuencias.
Una buena plataforma de prevención antifraude nos permite dedicarnos a nuestro negocio, pues monitorea, sigue y califica cada transacción en tiempo real. De esta manera, las áreas de comercialización, producción, marketing y ventas se pueden dedicar al cumplimiento de los objetivos productivos.
La seguridad antifraude evita interrupciones en la cadena productiva, lo que implica diversos beneficios: mejor ambiente laboral, menos estrés y el foco en las tareas que importan.
También se beneficia a los clientes, pues la pasarela de pagos funciona de manera más expedita y con controles no invasivos, pero más eficientes.
Cuando somos víctimas de un fraude (ya sea que usen nuestros datos personales o corporativos o clonen nuestra tarjeta) ¿a quién hacemos responsable? La primera piedra la arrojamos contra la empresa que generó el cargo. Es decir, contra la comercializadora o la gestora del pago.
Clientes y bancos adquirientes no van a buscar a sus defraudadores para reclamar sus fondos, compras y ser resarcidos por sus molestias. Van a reclamar a tu empresa porque para ellos su seguridad y la de sus datos es tu responsabilidad.
Cada fraude daña tu reputación como marca, aunque sea cometido por agentes externos. Garantiza que vas a recibir malas recomendaciones como indolente y hasta cómplice.
Una adecuada y oportuna gestión antifraude es uno de los baluartes de tu marca.
Los fraudes afectan el patrimonio empresarial: desde el desembolso de contracargos hasta la pérdida de horas de trabajo significan golpes a los activos.
La inversión en una gestión de procesos antifraudes obtiene su rentabilidad, entre otras prestaciones, por la salvaguarda de los recursos empresariales: no puede existir crecimiento sin seguridad.
Como hemos señalado, la prevención de fraudes en la pasarela de pagos es un ejercicio multifactorial debido a los diferentes actores que intervienen en una transacción:
Cada uno de estos factores puede ser una brecha para los defraudadores. Y, por ello, deben ser parte de los aspectos a considerar dentro de todo plan de gestión antifraude.
Vamos a describirte la manera de desarrollar este tipo de estrategia.
La gestión de los procesos antifraude debe ser parte de la cultura organizacional. Es decir, debe contemplar estrategias y buenas prácticas cotidianas e insoslayables. No se trata solo de implementar un sistema de seguridad, sino de seguir protocolos que impidan formas extra tecnológicas del fraude.
Estas prácticas, así como los sistemas de seguridad tecnológica, deben ser parte de una política de seguridad constante. Y este protocolo debe emanar de un estudio de las fortalezas y debilidades de la empresa.
Una gestión de procesos antifraude debe partir de un diagnóstico preciso sobre la situación de la empresa. Este informe debe reconocer:
Puntos críticos de la seguridad: procesos con mayor riesgo de producir brechas de seguridad por su volumen de tráfico o su atraso tecnológico, por ejemplo.
Amenazas más recurrentes: una revisión de los incidentes históricos que se han registrado en la empresa. La idea es identificar los fraudes más comunes y los actores criminales con mayor éxito.
Así, ya se trate de instalaciones o softwares y herramientas que se usan actualmente para contrarrestar el fraude.
De este dictamen debe surgir una clara medición de la probabilidad de riesgo, que debe ser atendida con acciones concretas.
Las acciones que se implementen como parte de la gestión antifraude deben observar tres líneas de acción:
Así como el sistema antifraude debe monitorear en tiempo real todas las transacciones, también es necesario que el sistema se encuentre sometido a una supervisión.
Debe implementarse un monitoreo constante que revise su actualización, su correcto funcionamiento y lo acertado de sus decisiones.
En esta tarea es imprescindible contar con informes constantes generados por el sistema mismo. También tiene un papel protagónico el análisis manual de los falsos positivos.
Esta inspección debe redundar en acciones de mejora y corrección de la gestión antifraudes a partir de una evaluación precisa. Es vital recalibrar los modelos y entender cómo mejorar la herramienta con los nuevos ataques de fraude que se puedan dar.
Las tareas antifraude contemplan la participación de personas, sobre todo en la toma de decisiones y en el diseño de políticas y acciones preventivas. Sin embargo, en el día a día, el monitoreo constante es la medida más efectiva contra el fraude.
Este monitoreo no puede ser realizado de manera manual ni con herramientas de tecnología convencional. Si se quiere ir un paso por delante de la capacidad técnica y de evolución de los defraudadores, es imprescindible la automatización.
En este sentido, lo recomendable es implementar una suite tecnológica que realice las tareas de prevención, detección e informe de fraudes tecnológicos.
Los procesos de gestión antifraude deben ser parte de tu cultura organizacional y de tus buenas prácticas.
Para ser efectiva, esta automatización debe:
Esta automatización solo te la puede brindar un software de avanzada tecnológica, con capacidad de Big Data, Machine Learning y sofisticados procesos de actualización. La gestión de procesos antifraude no puede ser efectiva sin ella.
La gestión de procesos antifraude reúne una serie de protocolos y estrategias que redundan en una serie de beneficios para las empresas que la implementan.
Genera mayor seguridad para sus clientes, más productividad y menor pérdida de recursos por actividades fraudulentas.
Esta gestión requiere de un alto nivel de automatización en su monitoreo y análisis de cada transacción, tal como el que te ofrece la suite de seguridad de Bayonet.
Se trata de un sistema de prevención antifraude que blinda a tu empresa con un sofisticado ecosistema de datos, poderosas analíticas de información y la experiencia de empresas.
Se trata de un sistema de prevención antifraude que monitorea transacciones y comercios fraudulentos en tiempo real, a través de tecnología de punta como big data, machine learning, análisis de grafos y más.
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